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El, la mira
con su cara de perro
y sus ojos de niño.
La mira y le dice
dame de comer.
No te vayas- le dice
con sus ojos imberbes
No me dejes la responsabilidad
de cuidar mí casa y la tuya!
Ella, le mira,
sonríe y se aleja.
Lo deja, con su cara de perro,
sus ojos humanos
y al voltear la esquina
escucha el ladrido.
Es el perro de al lado
que a través de la reja
le cuida la casa y le pide comida.
lunes, septiembre 22, 2008
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