LA VIDA NO ES SENTARSE A VER
TÍTERES A TRAVES DE UNA VENTANA
Cuídate de algunos poetas y poetos
caminantes, corredores.
Sé, de unos cuantos con nombre y sin el,
que son como la muerte.
Si guardas silencio,
son capaces de robarte hasta los suspiros!
¡No calles!
grita todo lo que tengas dentro de tí
y lo que esté a la vista, ¡aullalo!
¡¡Vocifera!!
Cuando en tu cascada de palabras
se sumerjan bañistas ignorantes.
Si es necesario, de una braceada
crea ríos en remolinos,
para que lo piensen dos veces
antes de zambullirse.
¡Oblígalos! a entender
que nadar, no es flotar con alas sintéticas,
que va más allá de mover brazos y piernas.
¡¡No calles!!
ni siquiera tus silencios.
Háblalos;
en letras GRANDES y minúsculas.
Háblalos;
en signos o figuras
y, si te acorralas entre escrituras y alfabetos
llévalos al aire.
¡Cántalos!
Siempre hay un instrumento al alcance.
Una Flauta, un Clarinete
Una Tuba, un Tombón
Un Violín o una Guitarra.
¡Tócalos!
Aferrate a tus manos
no olvides, que el roce es milenario.
¡Míralos!
que la mirada es un taladro constante en la oscuridad.
¡No calles!
Recuerda que esquirlas de silencio
se esparcen por todos lados
y entre rayas de páginas blancas,
sonoras carcajadas hacen bailar a los muertos.
